viernes, 30 de noviembre de 2012

Bienvenido a casa!

El día que nos dieron el alta en el hospital preparamos 'el petate' cogimos al niño y... A volar!!! Los largos pasillos del hospital, el ascensor, las escaleras mecánicas, las puertas giratorias... Quién nos había preparado esa gincana?? Parece mentira lo torpe que te sientes con el pelón en brazos! Era la una del medio día y en Madrid 40 grados a la sombra... Bueno, sombra, sombra no había, así que yo llegué hasta al coche con los andares de recién parida y con la ridícula certeza de que los malabares que estaba haciendo con una mano para proteger al niño del solazo servían de algo...
Cuando llegamos al coche había que comprobar que el Maxicosi molón que nos había prestado mi prima (gracias rubia!) funcionaba a la perfección y si los Papás con la "L" éramos capaces de: Meter al niño en el coche, sujetarle bien la cabecita sin descoyuntarle y abrochar el cacharro a la primera... No se nos dio mal, ya lo teníamos y fue entonces cuando descubrimos algo: Todo lo que llevaba semanas rodeándonos, todas esas cositas tan pequeñas que te hacen sonreír nada más verlas, a nuestro niño le quedaban grandes. En el maxicosi se perdía! Así que el camino a casa me lo pasé sujetándole y acordándome del tío que me hizo la episiotomía...
Cuando llegas a casa es una sensacion rara, parece que las paredes de tu barrio fueran testigos del momentazo que estás a punto de vivir... Hace tres días salía por la puerta una parejita y ahora entra una familia! No hace falta decir mucho para imaginar cómo estábamos...
Ahora voy a lo práctico... Os quiero dar algunos consejillos que a mi me sirvieron.
Los primeros días después del parto estás muy molesta y eso se junta con el principio de la lactancia, que es muy duro. La lactancia es a demanda, eso en un recién nacido implica tener la teta más tiempo fuera que dentro... Así que los días se pasan sin poder hacer mucho más que eso.
A mi me fue muy bien dejar tuppers de comida congelados, que fuimos sacando cada día sin ensuciar ni complicarnos.
Otra cosa importante es que los que te rodean sepan detectar los puntos de ayuda, me explico... A mi no me apetecía que nadie viniera a ayudarme con el niño, yo necesitaba esos días para acoplarnos los tres y conocernos mutuamente. Quizá soy demasiado independiente, eso va en gustos y desde luego no quiero imponer desde aquí mi criterio a nadie, pero para mi era primordial que el papá y yo comenzáramos el camino solitos y adaptarnos así a lo que sería nuestro día a día. Nos fue muy bien para repartir genial las tareas y los roles desde el principio y sobre todo con mucha calma, a nuestro ritmo. Mis padres entendieron lo que les pedí y cuando venían a ver a su nieto buscaban ayudarnos haciéndonos la compra, trayéndonos la cena, llevándose ropa para lavar... Cosas que agradeces en el alma cuando no tienes tiempo de nada!
Algo que me ha facilitado mucho la vida es la cuna de colecho. Cuando al principio te despiertas cada dos horas por la noche para dar el pecho agradeces en alguna toma no tener ni que levantarte para coger al niño, simplemente te lo acercas y los dos seguís durmiendo a las mil maravillas... (Aprovecho para decir a las que empezáis que hay luz al final del túnel y sin darte cuenta un día tu hijo empieza a dormir 6 o 7horas seguidas)
Otra cosa primordial para mi es una hamaca o trona adaptable que pueda usarse desde el nacimiento. Yo aprovechaba para llevármela al baño y dejarle ahí mientras me duchaba y al verle me quedaba mucho más tranquila y me tomaba la duchita con más calma...
El tema de las salidas de casa, nosotros empezamos a pasear con él desde el primer día. De hecho le pregunté a la pediatra y me dijo "Tú te lo quieres llevar a tu casa, no? Pues entonces a la calle a partir de hoy!" Simplemente hay que elegir bien las horas, según si hace frío o calor, prepararlo bien y punto. Obviamente si un día están cayendo chuzos de punta y hace un ventarrón inhumano te quedas en casa, aunque también están los centros comerciales... Paseas y te vas de tiendas! A mi me ha ido bien acostumbrarle a las salidas desde el principio para normalizar también nuestra vida y seguir pudiendo hacer casi todas las cosas que hacíamos antes.
Eso sí, seamos realistas, todos los bebés lloran, berrean, tienen días buenos y días peores! Así que está claro que no siempre los planes te saldrán redondos, habrá días que comas en tu restaurante favorito haciendo manitas con tu maridín mientras los dos babeáis mirando a vuestro niño dormir... Y otros días te quedarás comiendo sólo un rato mientras el otro pasea a "la criaturita" que llora como si no hubiera mañana! Y en esos días hay que respirar y pensar que es lo más normal del mundo... Aunque yo reconozco que sentía todas las miradas fijas en mí hasta que el niño se callaba! Vamos los estreses típicos de madre primeriza, imagino! Pero eso mejor ya os lo cuento otro día...

jueves, 29 de noviembre de 2012

En el hospital. Informacion... ¿útil?

- La Bolsa de maternidad
Recuerdo en mis últimas semanas de embarazo un embotamiento continuo de cabeza... Un no saber si lo tenía todo listo porque no lograba visualizar qué es lo que realmente nos haría falta, si todas esas cositas tan chulas que tenía realmente le servirían al bebé para algo...
Pues bien, vamos por partes...
Es importante que solicitéis a vuestro ginecólogo o matrona una lista de las cosas que tenéis que llevar, que varía según el hospital. Tenedla muy en cuenta a la hora de preparar tanto la bolsa del bebé como la vuestra.
Yo me volví loca a meter y llevé un montón de ropita para el peque que casi no usé. Mi hijo nació en agosto, en plena ola de calor... Según subimos a la habitación nos pidieron un body, un pijamita de manga larga, gorrito y guantes. Hacía bastante calor, pero por lo que nos explicaron, los bebés necesitan mantener la temperatura y al principio no la regulan bien... Pero a partir del segundo día nos hacían tener al pequeño sólo con un body o incluso en pañales! Así qué nada de los conjuntitos monos que había estado seleccionando con tanto mimo... Además, dos veces al día pasaban en el hospital a tomarnos la temperatura a mi y al bebé, y en cuanto estaba un poco subidita... Body fuera!!
Eso sí, imprescindible un arrullo, por sí hay que sacarle de la habitación, por las corrientes de aire de los pasillos, varios gorritos y varios guantes, que se caen y se ensucian muchísimo del roce... Y como buena 'nueva mamá' sentirás una extraña sensación de histerismo-aprehensión para que nada que pueda estar sucio roce al pequeñín.
También me resultaron muy útiles unas gasas de algodón grandes, que cubrían totalmente al bebé (las compré en Carrefour en la sección de puericultura, por sí os interesa), para taparle por las noches y especialmente yo las usé para que las visitas que venían a verle se las pusieran sobre su ropa antes de cogerle. Parece exagerado, pero os cuento:
Algunos bebés, como le pasó al mío, presentan a las horas de nacer unas ronchitas o habones rojos que denominan "eritema tóxico del recién nacido" y es por la exposición a telas, productos químicos, etc, a los que todavía no están preparados... Es muy llamativo y alarmante, pero he de decir que el mío fue salir del hospital y desaparecer por completo, yo lo achaco incluso a los desinfectantes que usan en la ropa de los hospitales (como es lógico), fue llegar a casa con sus sabanitas lavadas con detergente para bebés et... Voila!! Piel perfecta!

- El papeleo
No olvidéis meter en el último momento la carpeta con todo el seguimiento del embarazo y las pruebas que os hayan hecho. Normalmente a la hora de dar a luz hay que tener muy a mano la última analítica, el electrocardiograma que te hacen en la preanestesia (o el apto del anestesista) y la prueba del streptococo. También te preguntan, o por lo menos a mi lo hicieron, por el peso aproximado del bebé en la última ecografia.

- Cositas que nadie me contó...
Cuando el niño nace, en sus primeras 24 horas de vida, controlan el primer pipí y la primera caquita (llamada meconio). El primer pis del bebé suele ser muy concentrado y escaso, debido a la reducida ingesta de líquidos de las primeras horas de vida (a la mamá puede que todavía ni le haya subido bien la leche como fue mi caso) y a unos padres primerizos quizá les pase desapercibida o lo que nos ocurrió a nosotros; detectamos una manchita anaranjada, pequeñita, en la parte superior del pañal y le preguntamos a una enfermera si eso era el pipí o era que se había manchado por la cercanía del cordón umbilical. Nos debió tocar una suplente o algo porque no supo contestarnos y nos dijo que algunos de esos pañales (que proporciona el hospital) estaban defectuosos y de ahí la manchita... Después al hablarlo con la pediatra nos dijo que efectivamente eso era el primer pipí y que el color teja era debido a los uratos, unos sedimentos que se forman en la orina debido a esa concentración y que incluso a veces hay papás que llegan a confundir con sangre por su color, pero son totalmente normales.

Otra cosita que me llevó de cabeza fue la subida de la leche, yo no me notaba gran cosa en los pechos, sólo alguna gotita que otra... Y mi pequeño no hacía más que succionar y succionar, pero mi sensación era que salía poco o nada y no me equivocaba... Debido a unas décimas de fiebre que me subieron por la epidural en el parto, a mi niño le hicieron una analítica para ver que todo estaba bien y por suerte así era, pero vieron que el azúcar lo tenía bajito y eso era debido, por lo que me explicaron, a que no estaba tomando alimento suficiente. Así qué decidieron darme un minibiberoncito de leche de fórmula ya preparada que a mi me sentó como un puñal en la espalda... Llevaba la mitad del embarazo leyendo sobre lactancia para intentar prepararme y no me dejaron casi ni empezar, la pediatra que me informó en vez de decirme que la tardanza en la subida de la leche es lo más normal del mundo, más o menos me dio a entender que ser madre no era sólo dar el pecho a mi hijo y que podría hacer otras muchas cosas por él... Que ella no le había dado el pecho a su hijo y que no pasaba nada... Ah! Y que si yo acaso recordaba si mi madre me había dado el pecho o biberones...!
Os podéis imaginar, con el cocktail de hormonas, como me sentía... En fin, al llegar a casa ya me subió la leche a la perfección y además pedí ayuda a una asesora de lactancia, pediatra, que no podía entender lo que le contaba, aún trabajando en el mismo hospital que la otra doctora.
Si a alguna os hace falta alguna ayuda de leche de fórmula al principio, yo os recomiendo que pidáis que no os den biberones, sino unas cucharillas especiales o jeringas, que evitarán la confusión del bebé entre la succión del pezón y la tetina del biberón, que a veces produce rechazo. No fue mi caso, por suerte, pero conozco algún caso. Aún así, para periodos de lactancia mixta, recomiendo usar biberones que imiten la forma del pezón materno. A mi me han ido muy bien los de Tomme Tippee Closer to Nature, os los recomiendo. También sé que funciona genial el biberón Calma de Medela, pero tengo entendido que sólo sirve para leche materna, no de fórmula.
Si no lo habéis hecho ya, leed el libro del pediatra Carlos González, "Un Regalo para Toda la Vida". Solucionará todas vuestras dudas sobre lactancia.

Los puntitos de la episiotomía... Yo sólo tuve tres, pero qué tres!! La verdad es que el primer día que te duchas después del parto y te dicen que te laves la zona con agua y jabón y te tocas... Uffff... Da bastante sensación no reconocerte al tacto 'por ahí abajo' ;P
Pero todo vuelve a su ser... Aunque te acuerdas del que te hizo la episio unas semanitas! Yo aconsejo lavar con un jabón que no sea muy hidratante, y secar muy bien, tamponando, no frotando. Como de por sí es una zona húmeda, podéis usar el secador alguna vez, pero sin abusar de él y extremar la higiene cuando vayas al baño.

Las hemorroides... Los empujones no pasan en balde, y suelen dejarte algún regalito por la puerta de atrás, y si has tenido problemas de estreñimiento en el embarazo todavía más. Aquí hay poco que hacer. Eso sí, durante el embarazo coméntaselo a tu ginecólogo y las cosillas que todas sabemos y que tan poco nos gusta que nos digan: bebe mucha agua, toma mucha fibra, tralará, tralará, tralará.... :)

Y por último y más importante, el descanso... DUERME!! Es algo que me decía todo el mundo y yo pensaba "Cómo se puede descansar bien con ésta barriga??" Pues después te acuerdas de lo bien que dormías antes, con barriga y todo... Ya nunca más dormirás a pierna suelta! Siento ser agorera, pero tu mente cambia, se pone alerta 24 horas... Eres 'la guardiana' de un pequeño gnomito y estarás pendiente de él hasta para ver cómo respira las primeras noches. Haced caso a esta bloggera, cualquier momento es bueno para echar una cabezadita, lo agradeceréis. Así qué dejo de escribir a la voz de ya, para que podáis poneros a ello... ZzzzzzZZzzzzZZzzzzz :)




martes, 27 de noviembre de 2012

El día que cambio mi vida

Tras 37 semanas de maravilloso embarazo y en plena ola de calor sahariano... Llegó el gran día!
Me levanté a las 7 de la mañana, después de dormir bastante regular como ya venía siendo habitual ( la súper barriga y los continuos 'pipís' no ayudaban...), con contracciones suaves e irregulares (cada 12 minutos, cada 5, cada 20...). Para mi el dolor era bastante soportable, así que no le di importancia, de hecho si me hubiera tenido que guiar sólo por mis contracciones creo que hubiera acabado pariendo en casa... ;P
Me puse a trastear por casa y a las once de la mañana me volvió a entrar un sueño irrefrenable y conseguí dormir hasta las dos. Me desperté para hacer la comida, puse la olla exprés, un guisito rápido y cuando me levanté a retirarla del fuego... TACHÁN!!! Rompí aguas! Charcazo en la cocina! Yo medio llorando de la emoción me puse a gritárselo a mi marido, que ya había visto 'la jugada' desde el salón.
Claras y limpias! Todo en orden, según la preparación al parto, así que como ya tenía todo listo y requetepreparado, me dediqué a ponerme a punto; me duché, me planché el pelo y lista! Cogimos los bártulos, mi bolsa y la del niño, y tiramos para el hospital.
Mi marido es tranquilo, creo que le he visto perder los papeles una vez o ninguna... Y esta vez no iba a ser menos! Ahí iba yo, resoplando sentada sobre un empapador desechable de los del niño y él conduciendo como cuando vamos al Súper a llenar la nevera...
Llegamos al hospital y me llevaron a la sala de dilatación dejando un reguero de líquido amniótico para que pudiera seguirnos mi marido... Todo fue muy rápido, llegue dilatada de 2 cm y en unas horitas estaba completa, con la epidural muy tranquila, aunque notaba perfectamente las contracciones, que es lo que yo quería. El parto fue mejor que en mis mejores sueños, 'tres' empujones (que cuestan sudores y agujetas los días siguientes, de agarrarte y hacer fuerza con los brazos...) y nació mi ángel, un niño precioso y sano como una manzanita... Según me lo sacaron, me lo pusieron sobre mi pecho desnudo y allí le limpiaron y le hicieron todo, todito! Qué increíble, cómo abría mi niño sus ojitos intentando distinguir algo... Mi marido, que estuvo todo el rato en el parto, y yo, no parábamos de hablarle, tocarle, besarle, era tan bonito y tan pequeño y lo habíamos hecho nosotros...! No se me olvidará nunca lo bien que olía y lo calentito que estaba... :)
Sobre el pecho empezó a buscar y él solito se enganchó a su teta y listo! Parece mentira lo que es el instinto... Y cómo en muchos hospitales lo bloquean desnaturalizando el parto y la lactancia por completo.
Ese fue el primer día de nuestra nueva vida...

Aprendiendo a ser Mamá...

Me llamo Esther, soy una madrileña de 31 años y hace poco más de tres meses y medio me he convertido en mamá y en la mujer más feliz del mundo!
Mi niño me está dando los mejores momentos de mi vida y yo quiero devolverle tanto y tanto, que aquí me tenéis... Con una "L" a la espalda, aprendiendo lo más rápido que puedo! Me encantaría compartir, con tod@ el que quiera leerme, el día a día de mi nueva vida!
Vuestros comentarios serán bienvenidos... Y ojalá mis experiencias puedan servir de algo a nuevas mamis o papis!
Muchísimas gracias por leerme!